Hoy me
he vuelto a acordar de ti. No te preocupes, ha sido algo breve. Al rato se me
ha pasado. Putas películas irreales. Que si la prostituta que al final acaba
saliendo de la calle porque un multimillonario se enamora de ella, que si la
chica que busca la felicidad en otras culturas y te acaba encontrando a ti.
Perdona.
No volverá a suceder. Pero te he vuelto a recordar. Y te he echado de menos. Y he
maldecido a los que me han separado de ti. Y a los que me han hecho odiarte. Perdóname.
No me volverá a pasar.
Suena Quique
González y me dice que “aunque tú no lo sepas, me he inventado tu nombre”.
Hoy he
vuelto a pensarte y me he imaginado feliz en unos brazos de esos que sólo con
tocarte hacen que ardas. Túmbate y mira las estrellas. Ahí estabas. No volviste.
No cuando deberías.
Llegaste
sólo para hacer daño. Más adelante, te pedí que vinieras y nunca llegaste. ¿Qué
te he hecho yo a ti?
No eres
mi vida. No te necesito. No quiero necesitarte.
Ahora me habla Ismael Serrano y susurra “cambiemos
el mundo, amigo, que tú ya has cambiado el mío”.
Vuelve,
y hazlo para quedarte.
Ay,
amor, cómo te necesito odio.
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