A veces
te echo de menos. A veces de más. A veces incluso deseo no haberme cruzado en
tu camino. No haberte tocado ahí dentro. No haberte querido. Que no me hubieras
querido. A veces, sabes, te necesito. Y otras, te desnecesito. Te odio y te
quiero. A partes iguales siempre. A veces me canso de mí. De pensarte. De intentar
olvidarte. A veces me acostumbro a no tenerte. Y me duele más que el no
tenerte.
Pero a
veces también sonrío. Y río. Y me encanta sentirme tan bien. Y no te pienso. No
te echo de menos. No necesito de tu tiempo. Ni de tus palabras. A veces me
gusta sentirme libre de eso que me ataba. Que me tenía enganchada. Peor que el
pitillo de después de hacer el amor. O la cerveza del partido de los domingos. Y
ya no te siento. No te extraño. No te persigo con la mente.
A veces,
mis pensamientos tienen nombre. Y esta entrada, claramente, lleva el tuyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario