sábado, 13 de abril de 2013

A veces.


A veces te echo de menos. A veces de más. A veces incluso deseo no haberme cruzado en tu camino. No haberte tocado ahí dentro. No haberte querido. Que no me hubieras querido. A veces, sabes, te necesito. Y otras, te desnecesito. Te odio y te quiero. A partes iguales siempre. A veces me canso de mí. De pensarte. De intentar olvidarte. A veces me acostumbro a no tenerte. Y me duele más que el no tenerte.

Pero a veces también sonrío. Y río. Y me encanta sentirme tan bien. Y no te pienso. No te echo de menos. No necesito de tu tiempo. Ni de tus palabras. A veces me gusta sentirme libre de eso que me ataba. Que me tenía enganchada. Peor que el pitillo de después de hacer el amor. O la cerveza del partido de los domingos. Y ya no te siento. No te extraño. No te persigo con la mente.

A veces, mis pensamientos tienen nombre. Y esta entrada, claramente, lleva el tuyo.   

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